jueves, 24 de noviembre de 2011

Dalí en Quito, El pintor del surrealismo

Uno de los artistas españoles del siglo XX más reconocidos internacionalmente, cuya obra está empapada de la teoría freudiana, el estudio del subconsciente y la aplicación del método paranoico crítico, desarrollado por él mismo.
La muestra pictórica, denominada Tradición y vanguardia, está compuesta por 134 cuadros, divididos en dos series: Goya – Dalí: del capricho al disparate, conformada por 80 piezas realizadas con técnicas de aguafuerte y aguatinta (grabados en metal), y La divina comedia, constituida por 54 xilografías (grabados en madera).
La primera consiste en la interpretación de la serie de grabados denominados Los caprichos del pintor español Francisco de Goya (1746-1828). Para ello, Dalí echa mano en distintos elementos presentes en Los disparates, una serie de 22 estampas hechas por Goya, donde la sinrazón del ser humano aflora en imágenes grotescas y monstruosas surgidas del subconsciente del aragonés, y los introduce de manera casi onírica en las piezas que conforman la primera colección, lo que convierte a Los caprichos en un conjunto de delirios vanguardistas. Federico Fernández Diez, sostiene en su libro Goya y Dalí, del capricho al disparate, que: “Dalí nos presenta sincrónicamente capricho y disparate en cada lámina: la crítica social del capricho integrada en el mundo zúrrela del sueño de la razon, del disparate goyesco-daliniano”.
Pero Dalí no se conforma con eso, sino que aporta a las obras elementos propios de su estilo, por lo que resulta común ver relojes blandos o el rostro del gran masturbador. Lo imperceptible se vuelve visible, además, al observar la (re)construcción que hace Dalí: algunas figuras subyacentes se ponen en evidencia mediante el recurso del su persignó y el fondo recortado.
La segunda serie, La divina comedia, surge como un encargo del Gobierno de Roma al pintor catalán para ilustrar la obra del poeta italiano Dante Alighieri (1265-1321), con motivo de conmemorar el 700 aniversario de su nacimiento.Dalí pintó 100 acuarelas que representaban cada uno de los cantos que conforman el libro: 34 cantos para el infierno, 33 para el purgatorio y 33 para el paraíso. Sin embargo, el revuelo que suscitó el hecho de que el artista encargado del homenaje no fuera italiano hizo que el proyecto sea abortado, hasta que  tiempo después se realizara una serie de xilografías, supervisadas por el propio autor, a partir de las acuarelas originales.
Basado en las referencias literarias de Dante, el pintor transmite imágenes de gran potencia emocional y delicado misticismo, donde la desbordante imaginación daliniana se mezcla con detalles que recuerdan a Rafael, Velázquez y al propio Goya, otra vez como referente. Así lo demuestra el manejo de la luz, creada como símbolo de las creencias, y las alusiones al Renacimiento y al Barroco español.
La exposición está abierta al público de lunes a sábado, desde las 9:00 hasta las 15:30, y los domingos de 10:00 a 13:30. La entrada es gratuita.

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